(Miguel Ramis )

Habitualmente evaluamos a las herramientas por su calidad,
dureza o efectividad. Pocas veces nos detenemos a observar
una cualidad poco habitual en la mayoría de herramientas
: el balance, que definiríamos como la justa
proporción de peso para el uso a la que está
destinada y su reparto adecuado en su propia superfície.
El resultado de una herramienta balanceada o equilibrada
es un trabajo más preciso y sobretodo, un uso
más cómodo , que no fatiga tanto las articulaciones
y manos del trabajador.

Para un cantero, la herramienta balanceada por antonomasia
es la maceta de cantero, de campana o portuguesa, herramienta
que nos permite trabajar durante horas en posturas incómodas
sin apenas cansancio. El mísmo trabajo realizado
con una maceta o martillo cansa rápidamente el
hombro y la muñeca. Para un ebanista, en cambio,
un formón inglés marca Acorn vale su precio
en oro.
Con las herramientas modernas el pincipio vale igualmente.
Todo el que ha probado un taladro Hilti probablemente
le será dificil cambiar de marca : con el mísmo
taladro los agujeros se hacen a la mitad de tiempo y
sin apenas esfuerzo.
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